jueves, 11 de enero de 2007

Este cuento, circula por algunas aulas de La Plata, gracias a la Profesora María Váldez, halago más que suficiente.

“Si no lo hiciereis, o en ello dilación maliciosamente pusiereis, certifícoos 
que con la ayuda de Dios yo entraré poderosamente contra vosotros 
y os haré guerra en todas partes y manera que yo pudiere, y os sujetaré 
al yugo y obediencia de la Iglesia y de Su majestad y tomaré vuestras 
mujeres y hijos y los haré esclavos, y como tales los venderé, y dispondré 
de ellos como Su majestad mandare, y os tomaré vuestros bienes 
y os haré todos los males y daños que pudiere...”.


Requerimiento de Conquista.
Daniel Vidart. Ideología y realidad de América.
Montevideo, 1968.



EL GRITO PROTERVO
POR DIEZ MIL MARAVEDIES



Estaba Rodrigo sentado en una inmensa sala, de blancas paredes y un negro techo de maderas añejas; el sol prepotente clavaba en el piso de lajas, lajas que refulgían al golpe de las lanzas de luz, silenciosas barras que por las ventanas entraban. En el medio de la estancia, una mesa con volúmenes inmensos y pesados como la justicia misma, soportaba también los codos del Magistrado que a Rodrigo observaba y a un lado, el secretario, que en una hoja escribía lo que el primero preguntaba y el segundo respondía. Un gran crucifijo, en la blanca pared detrás de Su Señoría presidía la escena.


-“Sucede a los hombres muchas veces que, suela tan adversos los sucesos en lo que emprenden, que salir de ellos con honra entienden, y con acrecentamiento, venir a dar con ínfimo de las miserias e infortunios. Es ansí Su Ilustrísima que de la extraordinaria conquista emprendida por su orden de Su Majestad por Don Cristóbal Colón, de donde muchos salir ricos y aprovechados, y fue tan al contrario en mi caso, que vuelto remediado a su patria, disputo sin éxito hoy los diez mil maravedís que el Rey mandara a dar a quien tierra avistara”.


Este cuento completo será publicado en breve en edición impresa en la antología "De animosos y desanimados"